miércoles, 29 de abril de 2009

Cuna de guitarras - crónica de un festival




Como festival, el Roadburn es de una calidad impecable. Hay un montón de bandas y todas son o buenas o muy buenas, y al final acaba uno con la cabeza hecha polvo, too much guitar. Por supuesto sucede con todos festivales, que no tienes capacidad de asimilar tanto grupo, pero tratándose de música tan pesada, en el buen sentido (los géneros predominantes son el stoner, el doom metal y la psicodelia), esa sensación se multiplica. El local donde lo organizan es un complejo laberíntico de tres salas que serían comparables a una Apolo, una Sidecar y una Apolo [2] (más o menos) y pueden llegar a llenarse mucho, aunque en general no se dan muchos problemas de espacio o movimiento.

¿Qué bandas resaltaría? Ahora lo pienso y me es difícil destacar unas pocas, pues como he dicho no había mediocridad alguna. Indudablemente los mejores fueron Neurosis (retratados en la foto). Son tan buenos como se dice, incluso más... es el prototipo de concierto que al acabar, tras hora y tres cuartos, se siente uno tan apaleado que no puede sinó temblar. No es el típico concierto que deje con ganas de más, ya que no *puedes* más. Brutalísimo. Empezaron con "A Sun That Never Sets" y terminaron con "Through Silver in Blood" (un final apoteósico, con Scott Kelly y Steve Von Till dándole a la batería); el set fue espléndido (mención especial a "Stones from the Sky" y "Given to the Rising"). También pondría en el podio a Colour Haze, banda que por alguna razón no veo lo suficientemente reivindicada; para mi son de lo mejor de stoner psicodélico, en algunas canciones hasta se pasaban a las acústicas y metían un sitar de por medio. Músicos excelentes, van más allá del riff, hipnóticos y inspiradores. Tristemente no había mucha gente en el concierto, cuando se pusieron en plan hippie con las acústicas supongo que muchos abandonaron. Y en "tercer lugar" me quedaría probablemente con Zeni Geva, el señor KK. Null es todo un badass, metían una traca atronadora. Es una pena que en esta gira no se pasen por España, mostraron una potencia sónica muy, muy rara, guitarrazos a palo seco, sin concesión, total castration! Siguiendo con japoneses, puntazo absoluto de los Church of Misery. Vi apenas medio concierto, corriendo de Colour Haze (las terribles solapaciones de siempre), aunque fue de una intensidad digna de terremotos.

Otros merecedores de muchísimo respeto son Saint Vitus. Pensaba que Wino estaría un poco fatigado ya, pero me resultó muy gracioso, como banda aguantan perfectamente, excepto el batería, tipo raro. Soltaron un desfile de piezas seminales del doom para ponerse a babear ("Look Behind You", "Saint Vitus", "Born Too Late", "Clear Windowpane", etc.). Son temas que a uno le resultan impactantes de ver en directo - y aunque no soy un doomster genuino, St. Vitus siempre me gustaron, y me encontré coreando automáticamente "I'm looosing all my friends and loooovers" y otros versículos y notándome pintorescamente emocionado. Se agradece que los hayan conseguido traer. Antes de St. Vitus tocaron los Cathedral, teloneros naturales de Wino y compañía, quienes también se marcaron un concierto muy notable. Tocar "Hopkins, the Witchfinder General" o "Cosmic Funeral", entre otras, es sinónimo de cabezazos y excitación. Además acompañaban el concierto con unas imágenes delirantes de esqueletos encapuchados (tenía pinta de ser un filme británico de serie Z de los 70). Siguiendo con "leyendas", mención especial para Amon Düül II, seminal formación de krautrock. Están viejos, viejos, pero resultan muy entrañables. Y aunque no funcionen del todo bien (había algún momento de desorden), tienen piezas de calidad innegable, que defendieron dignamente (esa "Deutsch-Nepal", genial, Lothard Meid explicando que compuso esa canción basándose en su relación con su padre y los nazis). Además me resultaron de sonido bastante variado; es un placer poder ver a estos gigantes.

Otros de trayectoria más o menos consolidada son los Young Gods, cuyo concierto chocó más que nada por ir a la contra de casi todo lo otro; el hecho de encabir unos industriales rematados en medio de guitarreos. Metieron algunos temas reverenciados por enmedio, por ejemplo "Gasoline Man", aunque me fui antes de que acabaran (no sé si se relajaron como lo hacen en su último disco), para ver a Six Organs of Admittance. Venía el señor Ben Chasny (ideólogo del proyecto) solo, marcándose versiones secas con la guitarra, y se le notaba ligeramente espeso, incluso confundió su tiempo de actuación y se fue a la media hora, para volver después, musitando familiarmente. Otros que tocaron separadamente fueron Scott Kelly y Steve Von Till, del primero apenas vi un par de temas, pero del segundo presencié todo el concierto, donde se centró principalmente en su vertiente Harvestman. Muchísima pedalera, el hombre muy preocupado para que sonara bien, canciones oscuras más o menos droneantes, pero todo bastante hipnótico. Hubieron también muy buenos conciertos de space rock psicodélico. Estaba ahora reflexionando en los que vi - Vibravoid, Farflung, Seven That Spells, White Hills - y en todos se alcanzó un clímax deliciosamente psicotrópico, además la mayoría fueron en la misma sala. No puedo sino recomendar muy encarecidamente todas estas bandas, ya sea en disco o en directo. Y en terrenos más stoner, la palma se la llevaron The Atomic Bitchwax, cover de Pink Floyd incluída, y muchísima energía derrochada (el bajista en especial es excelente). Orange Goblin, otras glorias, mostraron mucha actitud también, aunque no me parecieron especialmente interesantes; los Radio Moscow sí que destruyeron su ambiente, sonando mucho más contundentes que en sus grabaciones. Roadsaw los experimenté un rato y, dentron de su muy genérico sonido, montaron un buen follón. Motorpsycho, banda de evolución muy interesante, tocaron casi tres putas horas; a las dos abandoné pues tenía la cabeza hecha un colador. Rescataron piezas de los noventa y un par de jams largos de su último disco, y aunque estaban en plena forma, su planteamiento acababa fatigando. Y por supuesto no olvidemos a Earth, a quienes tuve el placer de volver a ver. Se marcaron el mismo set que hace unas semanas en la sala Apolo de Barcelona, centrado casi exclusivamente en su último álbum (considerado del género "country-doom"), aunque en vez de tocar dos canciones nuevas solo les dio tiempo para una.

Por lo que se refiere a música más "críptica", considerable recital de Bohren und der Club of Gore. Tocaban en el escenario grande a las cuatro de la tarde, es decir, un error (se merecieran el más pequeño a altas horas), aunque indudablemente fue uno de los conciertos del festival. A nivel escénico su propuesta es una brutalidad, oscuridad casi absoluta debatida por unas pequeñas farolillas de color tenue cambiante. Además, cerraron con "Midnight Black Earth", que por razones personales es un tema al que tengo mucho aprecio. Muy sobrios, muy elegantes. En el lado más ruidista los Grey Daturas se marcaron un brillante concierto, se les veía muy entregados; los recomiendo encarecidamente, pues vuelven a pasar por Barcelona a principios de mayo. Siguiendo con droneros, la última banda que vi en el festival fueron Skullflower, quienes tocaron una larga pieza de 30-40 minutos que dejó a todos los presentes hechos polvo. Aunque su concierto era justo después que el de Neurosis, y por tanto me encontraba en estado bastante apático, me fue bastante necesaria esa dosis final de ruido. Por lo que se refiere a la electrónica droneante, vi un rato de Burial Hex, oscuro individuo con sus teclas, usual ruidista. Y last but not least, los Grails, banda que realmente no sé dónde clasificar; me encanta ese sonido hinduísta que procesan, claramente inspirado en los Sun City Girls, aunque a veces se les entrevé un pelo postrockero genérico un poco preocupante. Aún y esto, una gozada de concierto.

En resumen, una experiencia pseudo-infernal. No apta para todas las orejas.

3 comentarios:

  1. No entenc massa bé la presència de Bohren & der Club of Gore al Roadburn. M'ho expliques?

    No se com seria el festival; la crònica, excel·lent

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  2. La única justificació que trobo es que són una banda bastant "doomy"; lenta, farragosa, fosca, pantanosa. No quadren exactament bé amb la filosofia guitarrera, ni tampoc són grup predilecte dels stonerkids. Per això, suposo, els van otorgar un slot d'horari tan dolent.

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  3. I anda que no t'agrada que no sigui apta per totes les orelles... anda que no... Esperem una relat del concert de AC/DC amb ulls brillants, amic Larch.:P

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