Dentro del espiral obsesivo actual de reunificaciones de bandas (mayormente ochenteras, pero hasta noventeras), quizás podría dudarse de la predisposición del señor Mike Patton a tomar parte, dada su errática carrera, versátil pero discontínua. Algunos se sorpendieron ante unas declaraciones (del pasado mes) que mostraban su interés relativo hacia la posible reformación de su más célebre banda, Faith No More. Finalmente Ipecac Records, la discográfica de Patton, ha confirmado la vuelta a los escenarios del singular grupo de funk-metal (por ponerle una etiqueta arbitraria), tal como explica un artículo de The Trip Wire. Misteriosa aún, la revelación ha levantado ya debate (inevitablemente, claro está): muchos de los seguidores de la vieja escuela reniegan escépticos, considerando la evolución depravada y surreal de la carrera de Patton, quien se ha convertido en un experimentador loco con múltiples proyectos; otros precisamente celebran la vuelta del artista a terrenos más controlados. Los detalles de la reunión son aún escasos: sabemos que tienen la intención de recorrer Europa durante el próximo verano, pero se desconocen fechas, lugares e incluso los miembros que conformarán la nueva versión de la banda.
Aunque Patton es actualmente el portaestandarte de FNM, no fue uno de sus miembros fundadores - se unió en 1988, reemplazando a Chuck Mosely. No obstante, fue su unión lo que lanzó al grupo, hasta entonces escasamente conocido; particularmente la grabación del disco The Real Thing, aún venerado como clásico del metal alternativo, aún y contar con un sonido muy distinctivo. Actualmente FNM están considerados como los padres del nu metal, del funk metal y hasta del rap-metal, aunque probablemente ellos mismos despotricarían de su inclusión en esos géneros; particularmente Patton, siempre molesto con este tipo de generalizaciones. Ese álbum invadió la MTV gracias a una producción relativamente accesible y limpia, confrontación de melodías resultonas y actitud rock de estadios, pasada, por supuesto, por el filtro vocal impresionante de Patton, infame por la violencia y camuflaje de sus cuerdas vocales. Cabe decir que cuando se unió a la formación, Patton ya tenía un proyecto propio, mucho más minoritario, con sus amigos del instituto Trevor Dunn y Trey Spruance, la banda de death metal bizarro Mr. Bungle, que no dejó apartada durante su peripecia con FNM. Posteriormente a la separación de FNM, ha desarrollado multitud de proyectos, desde bandas propias como Tomahawk, Fantomâs o Peeping Tom, hasta colaboraciones con diversidad de artistas; entre ellos John Zorn, Merzbow o John Kaada. Actualmente trabaja componiendo la banda sonora del film Crank 2 (el pasado año ya se encargó de la música de otra película, A Perfect Place).
Mientras esperamos más detalles de su nueva gira, podemos rescatar curiosos y entrañables momentos de la banda, como esta actuación en Chile el verano de 1991: